La pasta tiene muchos años acompañando a la humanidad, existen diversas teorías sobre sus inicios, una da origen a la pasta en Asia, ya que se han conseguido restos de unos fideos delgados amarillos que datan con cuatro milenios de antigüedad y sostiene que Marco Polo en sus viajes trae a Italia la pasta donde es perfeccionada. Esta teoría es refutada por que en Asía los fideos se elaboraban con mijo y no con trigo duro.
Otra teoría da su origen en el medio oriente, aunque esta teoría perderá fuerza dado que antes de la llegada de los musulmanes que ocuparon la isla de Sicilia entre los siglos IX y XI ya existían platos de tradición griega que empleaban el uso de pastas. Lo cierto es que para la edad media en toda Italia ya se comercializaba la pasta.
Sicilia es la mayor fábrica de Triyya (tiras largas y delgadas de masa seca) que surte a todo el mediterráneo.
Para otros el inicio de la Pasta se remonta a las antiguas civilizaciones Etruscas que elaboraban mediante el machaque o trituración de diversos cereales y granos mezclados con agua, que luego se cocían y se secaban al sol.
Cuando los griegos fundaron Nápoles adoptaron un plato que elaboraban los nativos, consistía en una pasta de harina de cebada y agua que luego secaban al sol, lo llamaron Makaria.
En la antigua Roma, se encuentran referencias de platos de pasta que datan del siglo III antes de Cristo. Cicerón emperador Romano, habla de su gusto por la “Laganum – Laganas”, que son tiras de pasta largas de harina de trigo, ya para esa época los romanos tenían instrumentos y utensilios para la elaboración de la pasta de lasaña.
Desde Roma se expandió el fomento del cultivo de cereales en toda la cuenca mediterránea. Ya sabemos que Sicilia era el granero por excelencia, donde se exportaba cereales para África y Líbano, más tarde durante el imperio de Augusto, desde España, Cerdeña y Siria.
Es muy probable que de Grecia llegara la pasta a Nápoles que durante algún tiempo fue colonia del imperio griego. Ya en la historia moderna, la pasta es aceptada ampliamente en España, sobre todo a partir del siglo XVI, época del virreinato español en Nápoles.
Por lo tanto, la pasta fresca era usada y apreciada en Italia desde la época de los etruscos y de los romanos. Con el pasar de los siglos, la pasta siguió apareciendo en las mesas de Italia con diferentes nombres. Por ejemplo, en el 1400 la pasta se llamaba «lasagna» y los fabricantes de pasta «lasagnare». En el 1800 cambiaron de nombre y se llamaron «vermicellai». Pero entre el 1400 y el 1800 entre «lasagne» y «vermicelli» nacieron los «fidelli», que eran hilos de pasta con forma cilíndrica. De este modo los fabricantes de pasta también se llamaron «fidellai».